Lo que estoy a punto de compartir contigo es una de las experiencias más bonitas y liberadoras que he tenido. Lo mejor de todo, es que jamás esperé que saliera de una chick flick.
Así es, ¿ubican esos días en los que estas en un mood raro? Ya saben de qué hablo… de cuando pasa la mosca y tienes ganas de llorar por que no está teniendo la vida que merece (no se hagan). En uno de esos días, decidí que ver “3 Metros sobre el cielo” y “Tengo Ganas de ti” era una idea maravillosa.
En una de las escenas vi que una actriz cuyo personaje pierde a su novio en un accidente de moto, le escribe una carta y dice que cuando escribes las cosas que sientes en un papel, ya no se te quedan tan dentro. Después lo quema y deja que se lo lleve el viento. (O seaaaa puro drama del bueno).
Ya lo sé. Suena muy cursi…y lo primero que pensé fue: Yo hago eso y seguro se incendia la mitad de mi jardín… y con la suerte que me cargo no dudaría en que seguro hasta el del vecino. En fin, Se me hizo una tontería hasta que… lo intenté.
Un consejo que te puedo dar es que, pensar en todas las cosas que estás cargando y que te están haciendo daño ya sean recuerdos, palabras sin decir, secretos, opiniones (bla bla bla), cosas, que pasan por tu mente (y que a veces generan pensamientos positivos y otras negativos), también trae cosas buenas.
Puede haber mil razones por las que no decimos las cosas que sentimos en el momento. Puede ir desde no querer lastimar a alguien, guardar la prudencia, el miedo a verte “débil”, pensar demasiado las cosas antes de decirlas (tal vez tanto que cuando encuentras las palabras correctas, sientes que te verás ridícula y rencorosa “retomando el punto”), hasta simplemente porque la persona a la que se lo queremos decir ya no está con nosotros en cuerpo.
Les voy a poner un ejemplo súper personal, cuando falleció mi tito (así le decía de cariño a mi abuelo) yo no estaba con mi familia y era complicado para mí tomar un vuelo que me llevara inmediatamente hacia donde él estaba. Cuando me dieron la noticia tuve un boom de sensaciones, meses antes le había hablado por teléfono para platicar con él pero se encontraba indispuesto y no pudimos hablar, así que sentía una necesidad enorme de regresar el tiempo un sólo día para poder hablar con él y asegurarme de que supiera el amor tan inmenso que le tenía y lo agradecida que estaba por todo lo que había hecho por mí. (Supongo a todos nos pasa cuando algún ser querido se va de nuestra vida.)
Así que recordé esta película y la frase: “Cuando lo escribes, ya no se te queda tan dentro”. Y lo primero que hice fue agarrar un kleenex y una pluma (era lo que tenía a la mano), y empecé a escribir, a decirle cuánto lo quería, a recordar momentos y a agradecerle. También le dije que estaba feliz porque sabía que ahora su alma y su cuerpo tenían un poquito más de paz.
Así como esta carta, he escrito miles y para diferentes situaciones. Para reclamarle a la gente, para desquitarme, para agradecer, para pedir perdón. Peeeero cometí el grave error de guardarlas en una caja. Y pues ¿Qué creen? Tiempo después la encontré, la abrí y leí todas las cartas de golpe.
PÉSIMA IDEA, casi me da un patatús mental. Básicamente porque regresé todas esas emociones a mí. (¡¡¡Maldi… tasea!!!) y ahí entendí la ridiculez de Katina de quemarlas.
Yo no las quemé porque (este tema ya se tocó) a veces soy muy torpe y necesito contar con la supervisión de un adulto por lo menos más responsable que yo, así que me deshice de ellas y sentí como si estuviera dando un paso adelante. Me sentía lista para recibir nuevas cosas. Nuevas emociones y experiencias.
Por lo pronto te lo paso al costo, a mí me ha funcionado escribirlo, aunque también puedes grabarlo. La única promesa que te pediría que te hicieras a ti misma, sería borrar esas grabaciones después. Sin escucharlas, sólo deja que se vayan.
*hint: Tienes que dejar ir, para recibir.
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